Guardianes de la fe: El Ministerio de Guardianes es uno de servicio y protección
El mismo día que Amador Motos llegó a Texas hace tres años desde su tierra natal, España, decidió asistir a Misa en la Parroquia de St. Elizabeth Ann Seton de Keller. Al salir de la Celebración Eucarística recibió una calurosa bienvenida y un reclutador le habló e invitó a servir en un ministerio completamente nuevo para él: el Ministerio de Guardianes.
“Ni se me había ocurrido que este tipo de ministerio existiera en la Iglesia”, apunta Motos. Con experiencia previa militar y de seguridad, lo vio enseguida como una invitación que provenía de Dios y una oportunidad fundamental “de servir y proteger”.
Mike Short, el Director de Seguridad de la Diócesis, explica que el Ministerio de Guardianes consiste de voluntarios de las parroquias que están capacitados para brindar seguridad y actuar de forma inmediata cuando se presenta una situación de emergencia. Se supone que ellos respondan de una manera rápida en cualquier emergencia médica que ocurra, u otras situaciones que podrían requerir una respuesta con armas o sin armas, en lo que llegan los socorristas, personal de primeros auxilios u oficiales de seguridad.
Según estudios realizados, el tiempo de respuesta de los primeros socorristas en una emergencia, incluso cuando se trata de una tan crítica como un tiroteo, llega a ser de 15 minutos, agrega Short. “Por tal razón, se comenzó a estudiar diferentes posibles caminos de atender estas situaciones en nuestras iglesias y tratar de reducir ese tiempo para responder relativamente rápido durante cualquier situación de emergencia”, dijo Short.
Las primeras evaluaciones a nivel diocesano para fortalecer la seguridad de todos se empezaron en el 2017. Short trabajó como consultor para la Diócesis desde el 2018 hasta que fue nombrado Director de Seguridad en el 2020. Bajo su dirección, se fueron planificando y desarrollando poco a poco diversos entrenamientos que dieron lugar al nacimiento de este ministerio.
Motos siente que servir dentro de este ministerio ha sido un proceso “precioso”. Asegura que, aunque “todos los guardianes esperamos que nunca ocurra un evento grave que justifique que estemos ahí”, se regocija de tal manera que, tanto el clero como los fieles, “muestran estar muy agradecidos” por la presencia de una mayor seguridad en las parroquias.
Le brinda también mucha alegría ver la conexión que hay entre ser guardián y su devoción personal a San José. “Él fue el primer guardián de Jesús y lo cuidó; además, el Ministerio de Guardianes encaja muy bien con mi experiencia y espíritu militar, y la necesidad que todos tenemos de proteger a la comunidad de la Iglesia”, explica Motos.
José Aponte, feligrés de Holy Angels de Clifton, fue uno de los primeros voluntarios en integrarse al Ministerio de Guardianes. Incluso, fue parte del estudio realizado por la Diócesis hace seis años y tomó los primeros entrenamientos que se han seguido ofreciendo. Hasta la fecha, hay cuatrocientos voluntarios que han recibido capacitación para ser guardianes.
Aponte señala que la tan solo existencia del ministerio “hace una diferencia porque nunca sabemos cuándo algo malo pueda pasar”. Por eso, enfatiza la función preventiva del ministerio. Ver a su “pequeña” parroquia repleta de familias enteras, que en su mayoría son de origen mexicano, y que están ávidos de escuchar la Palabra de Dios y recibir los sacramentos, lo llevan “a ponerse en un sentido de alerta y tener que estar disponible para proteger y actuar”, añade.
“Como católico, mi rol tiene que ser de servicio a la comunidad y a Dios, que me dio ciertos dones, y esos dones son para ponerlos al servicio de todos,” enfatiza Aponte, originario de León, Guanajuato.
“Gracias a Dios, el Obispo Michael Olson contactó a una persona altamente calificada, como lo es Mike Short”, declara Aponte, cuya profesión es de ingeniero agrónomo. Él trabaja con veteranos de guerra para darles apoyo y describe que el entrenamiento que reciben los guardianes es a nivel de un policía de unidad especial SWAT, y se combina con rigurosos exámenes psicológicos que deben pasar.
Además de voluntarios armados, el Ministerio de Guardianes cuenta con voluntarios no armados, que ya están sirviendo en un ministerio establecido dentro de la parroquia. Se trata de los ministros de hospitalidad y de bienvenida. Ellos toman también el entrenamiento diocesano para aprender a observar e identificar vulnerabilidades atípicas. Su función estar vigilantes para crear así varias “capas de seguridad y facilitar el responder con rapidez”, explica Short. Él invita a que todos “tomen ventaja” de la capacitación que se ofrece en línea. Aunque no está escrito en español, se puede tomar fácilmente añadiendo subtítulos.
El equipo médico es otro componente del Ministerio de Guardianes. Consiste en que las parroquias traten de identificar los feligreses que ejercen la profesión médica o que poseen la certificación médica. Sin embargo, señala Short que siempre existe la posibilidad de capacitarse a través de la Cruz Roja para aprender a usar efectivamente el equipo de primeros auxilios que cada parroquia debe tener, incluido el desfibrilador, en caso de un paro cardíaco; y aprender a cómo detener una hemorragia.
Para establecer el Ministerio de Guardianes en una parroquia se busca primero tener un grupo de líderes. Se trata de personas que asuman la responsabilidad de actuar e implementar los servicios de soporte necesarios. A nivel diocesano, se tiene también un tipo de seguridad implementada, ya sea contratada o como ministerio. No obstante, más voluntarios son siempre bienvenidos y necesarios. Apunta Short que al protegernos “nos dirigimos directamente hacia Jesús” y resalta los valores de la comunidad hispana, que los mueve a “preocuparse y cuidarse los unos a los otros”.
Pese a que “hay mucho trabajo por hacer con respecto a proveer una mayor seguridad”, Short señala además que ha habido mucho “progreso”, que ha resultado en que la implementación de este programa “sea cada vez más eficiente y conveniente”. Destaca el trabajo realizado en la Parroquia de Good Shepherd de Colleyville en el 2022, cuando una persona armada se parapetó en la Sinagoga Congregación Beth Israel, ubicada sólo a una cuadra de la parroquia.
En esa ocasión el Ministerio de Guardianes “jugó un papel muy importante”. Sus voluntarios mostraron gran “hospitalidad” a las familias y sirvió como “puesto de comando” para la policía y los medios de comunicación. Tenían ya establecida una red de comunicaciones eficiente; y supieron actuar rápida y eficazmente para ayudar.
“Esto es precisamente para lo que estamos entrenados”, concluye Short.