Jesús acepta la fragilidad de las personas para que puedan aceptar a los demás, dice el Papa
Por Cindy Wooden, Catholic News Service
Jesús no enseñó a sus discípulos a organizar agencias y estructuras para ayudar a las personas vulnerables, sino que dio el ejemplo de encontrarse con ellas, escucharlas y ayudarlas como individuos y no como "categorías" de personas necesitadas, dijo el Papa Francisco.
"Jesús quiso formar a sus discípulos en un estilo de vida en contacto con los vulnerables, en medio de ellos", escribió el Papa en un discurso preparado para su encuentro del 1 de marzo con un grupo de italianos que asistían a un seminario de cuatro días titulado "Vulnerabilidad y comunidad: Entre acogida e inclusión".
Aunque el Papa se reunió con el grupo y se tomó tiempo para saludar personalmente a cada uno de los participantes, hizo que un ayudante leyera su texto preparado porque, según dijo, sigue padeciendo los síntomas del resfriado.
Los participantes del seminario procedían de diversas parroquias, asociaciones y movimientos que trabajan con los pobres, con los migrantes, con las personas encarceladas y con quienes tienen problemas de movilidad o distintas formas de discapacidad.
Los cristianos de hoy, como los discípulos de Jesús hace 2.000 años, necesitan ver cómo se encontraba con la gente y cómo la acogía: "su cercanía, su compasión, su ternura", decía el texto del Papa en italiano. "Y después de la Resurrección, el Espíritu Santo les imprimió ese estilo de vida".
Pero, les dijo el Papa, "antes que nada, para acoger a mis hermanos y hermanas vulnerables, debo sentirme vulnerable y acogido como tal por Cristo. Él siempre nos precede. Se hizo vulnerable hasta la Pasión. Aceptó nuestra fragilidad para que, gracias a Él, podamos hacer lo mismo".
En su texto, el Papa Francisco animó a los participantes a leer y rezar con frecuencia Marcos 10, 46-52, la historia del encuentro de Jesús con Bartimeo y de cómo Jesús le devuelve la vista.
Mientras la gente de la multitud intentaba acallar al ruidoso Bartimeo, Jesús "escucha su grito lleno de fe", escribió el Papa. "Y aquel hombre, que recupera la vista gracias a su fe en el Señor, se pone en camino, sigue a Jesús y se convierte en su testigo, hasta el punto de que su historia se narra en los Evangelios".
"El vulnerable Bartimeo, salvado por el vulnerable Jesús, comparte la alegría de ser testigo de su resurrección", dijo.
Su ejemplo y otros en el Evangelio y a lo largo de la historia de la comunidad cristiana demuestran que "las personas vulnerables, encontradas y acogidas con la gracia de Cristo y a su estilo, pueden ser presencia del Evangelio en la comunidad de los creyentes y en la sociedad", escribió el Papa Francisco.
La lista de santos católicos está llena de hombres y mujeres que se convirtieron en santos por "amar a las personas vulnerables como lo hizo Jesús", dijo. Pero esa lista no es exhaustiva. En todas las comunidades hay personas que alcanzaron la santidad cuidando de "los pequeños, los pobres, los frágiles y los marginados. Y es importante que en nuestras comunidades compartamos, con sencillez y gratitud, las historias de estos testigos ocultos del Evangelio."