Escapada de fin de semana con Cristo

North Texas Catholic
(23 de mayo de 2023) Noticias-Locales

Alfredo Martínez y Karla Martínez comparten un momento entre sí mientras participan en una encuesta de matrimonio durante el retiro matrimonial Jornada Familiar en el Centro de Formación Diocesana en Fort Worth, el sábado 25 de marzo. (NTC/Ben Torres)

Jornada Familiar llevó a cabo su primer retiro presencial de parejas el fin de semana del 24 al 26 de marzo de 2023, luego de la pausa debido a la pandemia del COVID-19.

El retiro se celebró en el Centro de Formación Diocesana de Fort Worth y asistieron veinticuatro parejas principalmente de este área, así como de lugares distantes. Algunas parejas viajaron desde Odessa en el oeste de Texas. 

Los retiros de Jornada Familiar son una práctica común y ampliamente extendida en la Iglesia Católica. Los retiros de parejas consisten principalmente (como su nombre lo dice) en “retirarse” de las ocupaciones ordinarias para dedicarse por unos días para orar, reflexionar y recibir la gracia sacramental.  

Jornada Familiar comenzó en el 1976 bajo el auspicio de la Diócesis de Dallas. Desde hace muchos años sus retiros se han realizado también en la Diócesis de Fort Worth. 

Desde sus orígenes hasta el día de hoy los retiros de Jornada Familiar se han mantenido fiel a una de sus premisas fundamentales. En un entorno en el que muchos movimientos ofrecían retiros exclusivamente para hombres o para mujeres, Jornada Familiar vislumbró lo necesario y oportuno para ofrecer una experiencia espiritual para las parejas. 

Otro rasgo particularmente característico de Jornada Familiar consiste en la firme convicción de que el matrimonio une sacramentalmente a los esposos como servidores el uno del otro, a ejemplo de Jesucristo.

Karla y Víctor, una de las parejas asistentes al retiro, nos compartieron el testimonio de su experiencia del fin de semana de la Jornada. Mi conversación con ellos me evocó inmediatamente dos imágenes bíblicas, una de Génesis y otra de los Evangelios.

Comenzaré con la de Génesis 3,8. En este pasaje se hace alusión a lo que, según la tradición, era un encuentro que Dios solía tener habitualmente con Adán y Eva al final del día en el Jardín del Edén, “a la hora de la brisa”, como apuntan algunas versiones bíblicas.

Recordé dicha imagen porque pienso que, de la misma manera, y al igual que Adán y Eva, al final de ese viernes 24 de marzo, en medio de la brisa primaveral de abril, Dios vino al encuentro de las parejas asistentes al retiro, entre ellas la de Karla y Víctor. 

“Doy gracias a Dios por llevarnos hasta ese lugar”, comentó Víctor con un tono profundo y reflexivo. Él no hablaba solamente del Centro de Formación Diocesana, sino también de ese lugar espiritual y sagrado en el que, a través de la oración, y, sobre todo, de los sacramentos, ambos pudieron recibir la gracia que los une y fortalece para santificarse mutuamente y evitar el pecado. 

A manera de introducción de la imagen evangélica que me vino a la mente, quiero mencionar la respuesta que Karla me dio al preguntarle cuál había sido la actividad que más les había impactado.  “Cuando nos lavamos los pies, comentó, y pedir perdón uno al otro”. 

Quiero recalcar, por si no caímos en cuenta, que Karla afirma que ¡lo más valioso de todo el retiro fue el momento en que esposo y esposa se lavaron mutuamente los pies! ¿Qué imagen nos viene a la mente de inmediato? Pensamos enseguida en el pasaje en que Jesús lavó los pies de sus apóstoles en el cenáculo. 

El testimonio de Karla nos muestra no sólo el espíritu con el que se vive el retiro de Jornada Familiar, sino también un aspecto escandalosamente radical del concepto que, a menudo, tenemos del matrimonio. El matrimonio es un vínculo sagrado por el que servimos a nuestro cónyuge con mucha humildad y compasión, como la que el mismo Cristo nos mostró al lavar los pies de sus apóstoles.

Escogí intencionalmente la expresión “escandalosamente radical” porque a los ojos del mundo de hoy resulta escandaloso profesar un amor así. Un amor que, lejos de buscar cómo servirse a sí mismo o beneficiarse del otro, considera como meta la mutua entrega —con la gracia de Dios— para amar y servirnos en pareja, tal y como Cristo nos amó y nos sirvió.

Reconocemos que no todas las parejas vivimos nuestros fines de semana de esta misma manera. El fin de semana del 24 al 26 de marzo, mientras unas parejas (la mayoría, diría yo) vivían su fin de semana de la manera usual, “como todos los demás”, “haciendo lo mismo de siempre”, hubo otras, veinticuatro para ser exacto, que se alejaron de todo para encontrarse con Dios. ¡Y Dios vino a encontrarse con ellos y a fortalecer con Su amorosa gracia su vínculo conyugal! 

Estas veinticuatro parejas se contagiaron ese fin de semana del amor radicalmente servicial y humilde de Cristo y cada uno lo experimentó en comunión con el otro. Les pregunto, ¿cómo piensan vivir su próximo fin de semana? Después de leer este artículo, quizás sientan ganas de vivir la experiencia de Jornada Familiar.

 Si están interesados, me complace decirles que habrá otros dos retiros en el 2023.  Se llevarán a cabo del  9 al 11 de junio, 2023 y  8 al 10 de septiembre y del 1 al 3 de diciembre. 

Para conseguir más información, no dudes en ponerte en contacto con: Virgilio y Gaby Ulloa 817-714-0055, 817-296-7886, y Raúl y María Cerda 817-994-9064, 817-882-9304. 

Es Dios quien viene a visitarlos a ustedes y su matrimonio. Y ustedes, ¿quieren salir a Su encuentro?

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