Gratitud y generosidad: La Campaña Diocesana Anual da un apoyo inmenso a las escuelas y parroquias de la Diócesis

El Padre Thu Nguyen para en la Parroquia de St. Paul the Apostle de Fort Worth el 1 de agosto. (NTC/Juan Guajardo)

FORT WORTH- Responder al llamado de dar con sacrificio nunca es fácil. Sin embargo, los fieles de la Diócesis de Fort Worth demostraron una vez más que entienden realmente la exhortación de Jesús de "amarse unos a otros como Yo los he amado". Las donaciones del rebaño de la Diócesis a la Campaña Anual 2022-2023 superaron la meta fijada por más de $100,000.

“Las parroquias pusieron en práctica lo que predican”, apuntó Rachel Martínez, la Directora de donaciones y subvenciones anuales de Advancement Foundation. “Los fieles de nuestra diócesis son increíblemente generosos”.

Como resultado de la campaña contamos este año con un fondo de $3.6 millones. Las donaciones recibidas ayudarán a atender las grandes necesidades de muchas comunidades en toda la Diócesis, incluidas las 36 parroquias y 9 escuelas católicas. La Campaña Diocesana Anual aporta también fondos a la formación de los seminaristas y diáconos; el ministerio de Respeto a la Vida; el ministerio universitario; la pastoral carcelaria; y el cuidado de los sacerdotes jubilados y otros ministerios diocesanos.  

PARROQUIA Y DESPENSA DE ALIMENTOS

El Padre Thu Nguyen está profundamente agradecido de que la Parroquia de St. Paul the Apostle de Fort Worth haya sido seleccionada como receptora de una subvención de Advancement Foundation. El párroco quiere utilizar los $30,000 asignados para ayudar a pagar los gastos operativos básicos de la parroquia y asistir a su ministerio de despensa de alimentos. 

St. Paul the Apostle es una de las treinta y dos parroquias que necesitan asistencia para pagar los salarios de su personal. El Director de Servicios Litúrgicos explicó que, en su parroquia, “se necesitan aproximadamente $5,500, pero nuestra colecta semanal promedio recauda solamente $4,500 ó menos”.

Cuando el párroco, que habla vietnamita, inglés y español, llegó a la Parroquia de St. Paul en julio del año pasado descubrió que la parroquia de trescientas familias, cuya mayoría es hispana, tenía una deuda de alrededor de $65,000, los bancos estaban muy deteriorados y las unidades de aire acondicionado no funcionaban.

“El año pasado en Nochebuena y el día de Navidad pasamos frío durante las Misas porque la caldera se congeló. Cuando llegué el verano pasado a la parroquia el aire acondicionado de la iglesia no funcionaba. Así que, incluso cuando nuestro Obispo Monseñor Olson vino en julio para la Confirmación, hizo mucho calor en la iglesia”, recordó. 

El Padre Nguyen quiso actuar con rapidez para enfrentar y resolver los retos de su parroquia, por eso solicitó una subvención de la Diócesis. Al poco tiempo, puso en marcha los proyectos para arreglar los bancos y el aire acondicionado. Gracias a la donación extremadamente generosa de un feligrés de su antigua parroquia, St. Jude de Mansfield, se pudo cubrir gran parte de los costos aproximados de los proyectos, que sumaban alrededor de $170,000. El Padre Nguyen y su parroquia están todavía trabajando para pagar la deuda restante, además del déficit que se había acumulado a través de los años antes de su llegada a la parroquia. 

“Celebramos el año pasado un festival parroquial y se llevó a cabo una venta pequeña de comida y otros artículos”, comentó el Padre Nguyen. Él espera que estos eventos de recaudación de fondos en ciernes continúen ayudando a reducir la deuda, ya que las restricciones de la subvención de la Campaña Diocesana Anual no permiten que sus fondos cubran gastos fuera de los enumerados en la solicitud inicial.

No obstante, el Padre Thu y los feligreses de la parroquia se sienten muy agradecidos. 

“Gracias a Dios, la Diócesis decidió ayudarnos con los gastos operativos de la parroquia y la despensa de alimentos, al menos este año”, añadió el Padre Thu. “La despensa de alimentos móvil se ofrece un sábado al mes. Tenemos también una despensa de alimentos fija que se abre todos los martes y la gente puede recoger alimentos”. 

La despensa de alimentos es un ministerio muy importante de la parroquia y “la subvención de la Campaña Anual nos ayudará a seguirla por un año más o menos”, recalcó el sacerdote.

El Padre Nguyen dijo: “Deseo decir a los muchos y generosos donantes de la Diócesis que hicieron posible esta subvención que estamos sumamente agradecidos de que nuestras parroquias hermanas ayuden a la Parroquia de St. Paul the Apostle”. 

St. Paul the Apostle fue una de las treinta y seis parroquias que recibieron la subvención de la Campaña de Apelación Anual. Cabe señalar que nueve de las escuelas católicas de la Diócesis recibieron también fondos de la Campaña Diocesana Anual.

APOYO A LOS ESTUDIANTES 
El Colegio de All Saints Catholic School de Fort Worth, que tiene unos 115 estudiantes, recibió este año $22,000 de la Campaña Diocesana Anual. La Dra. Arica Prado, la directora de la escuela, aseveró que la subvención “financiará el costo total de nuestra coordinadora de apoyo al aprendizaje”.

Lillian Oexmann, coordinadora de apoyo al aprendizaje del Colegio All Saints, describe su trabajo como “uno de muchos roles y tareas múltiples”. Uno de ellos es servir de enlace para Literacy United, que es una entidad sin fines de lucro que ofrece servicios de apoyo educativo a las escuelas. Su misión principal es asistir los estudiantes económicamente desfavorecidos que tienen dificultad con el aprendizaje de las materias básicas de inglés y matemáticas.

El Colegio de All Saints cuenta actualmente con cinco tutores de Literacy United. 

“Lillian forma parte del personal de Literacy United. Así que cuando no está trabajando directamente con nosotros, trabaja con ellos como supervisora de los tutores que tenemos aquí en la escuela”, explicó la Dra. Prado. “Los tutores que están aquí a menudo forman grupos de intervención para trabajar con los estudiantes fuera de la sala de clases”.

Otro de los roles de Oexmann es “ayudar a desarrollar e implementar los planes de apoyo que se necesitan cuando un estudiante ha sido diagnosticado con dislexia o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), o si tiene algún tipo de condición médica por la que necesita adaptaciones especializadas, como, por ejemplo, usar el elevador”, Oexmann añadió. 

Después de la pandemia y la educación remota, la Dra. Prado y su personal vieron la necesidad de administrar pruebas de diagnóstico para los estudiantes de su escuela. La asociación de la escuela All Saints con Literacy United hace posible que los estudiantes de habla inglesa y española reciban un diagnóstico inicial de discapacidad de aprendizaje al cabo de una semana, en lugar de tener que esperar entre seis y nueve meses como ocurre en los distritos escolares públicos cercanos, añadió la Dra. Prado. 

“Gracias a que hemos podido tener a Lillian trabajando en la escuela, y lograr que los niños sean evaluados y diagnosticados más rápido, hemos podido atender el aumento dramático de estudiantes con necesidades de aprendizaje a raíz de la pandemia de COVID”, dijo la Dra. Prado. “Tenemos alrededor de veinte estudiantes que reciben los servicios de intervención para la lectura y las matemáticas, y nueve estudiantes que tienen un diagnóstico formal de dislexia”.

Oexmann trabaja también con estudiantes que necesitan terapia del habla y apoyo conductual. La Dra. Prado dijo que en la escuela se trabaja con “alrededor de 30 a 35 estudiantes que tienen algún tipo de plan de apoyo al aprendizaje”.

“La subvención de la Diócesis ayuda a pagar el sueldo para el puesto de Oexmann, que es una terapeuta capacitada en dislexia. Esto permite que podamos proporcionar los servicios para complementar y apoyar a los estudiantes aquí en nuestra propia escuela. Parte de los fondos de la subvención recibida ayudará a financiar los materiales que la terapeuta necesita… que serán alrededor de $350 para adquirir los recursos y materiales que se utilizarán para los servicios de intervención”, agregó la Dra. Prado.

Oexmann ha visto al cabo de un año el progreso de los estudiantes de All Saints, que se ha ido logrando con el programa de enseñanza clásica juntamente con las pruebas de campo. Ha notado que los estudiantes dejan poco a poco de “depender demasiado de las adaptaciones al aprendizaje y se vuelven más seguros de sí mismos. Van aprendiendo a cómo valerse por sí mismos y darse cuenta si una adaptación ya no les funciona bien”.

La Dra. Prado, cuyo hijo fue diagnosticado con dislexia cuando estaba en tercer grado justo antes de que llegara el COVID, ha visto por sí misma cuan importantes son las nuevas iniciativas que se han implementado en la escuela gracias al trabajo de Oexmann. 

Al comenzar el programa Literacy United en All Saints, su hijo pudo asistir y aprovecharse de la ayuda intensiva durante el verano. La Dra. Prado explicó que “En los últimos dos años, su hijo ha podido recibir terapia del habla en la misma escuela bajo el plan que dirige Lillian. Además, ha podido recibir terapia individual para la dislexia después de la escuela. Creo que esto es muy beneficioso para los estudiantes de nuestras escuelas católicas porque normalmente podemos hacer sólo la intervención en grupo para la lectura y las matemáticas durante el día de clases. Por lo general, las escuelas no tenemos los fondos que se necesitan para proporcionar las terapias de dislexia sin costo alguno para los padres”.

La Dra. Prado añadió: “Gracias a la intervención individualizada, puedo decir con certeza que mi hijo tiene más confianza al leer y noto también un aumento en su vocabulario. Al cabo de dos años de terapias y trabajo él salió recientemente de nuestro programa de terapia, pues tiene ya buen dominio del habla. ¡Se ha convertido en un lector seguro de sí mismo!”

La escuela ofreció este verano otro programa de enriquecimiento gratuito como el que su hijo asistió. Unos treinta estudiantes recibieron práctica intensiva de lectura y matemáticas durante el mes de junio. El programa comienza nuevamente el 15 de agosto y continuará durante todo el año escolar.

A los fieles donantes de la Diócesis que desinteresada y generosamente contribuyeron a la Campaña Diocesana Anual, la Dra. Prado, en nombre del Colegio de All Saints, quiere decirles que: “Estamos muy agradecidos y llenos de gratitud por el apoyo que nos dan para poder seguir ayudando a nuestros estudiantes, especialmente los estudiantes con necesidades especiales dentro de nuestras escuelas católicas… No podríamos hacer lo que hacemos e impartir la educación católica, y la formación en las virtudes y la moral católicas a nuestros estudiantes, si no tuviéramos el apoyo de tan generosos donantes”.

Los estudiantes de All Saints Catholic School practican la Seña de la Cruz durante la misa en la escuela el 17 de mayo de 2023. (NTC/Juan Guajardo)