Siete funciones de los laicos

North Texas Catholic
(2 de abril de 2024) Entendiendo-El-Misterio

La monaguilla Helene Long ayuda en la misa Rorate a la luz de las velas, en la iglesia de San Felipe Apóstol, el 9 de diciembre de 2023. (NTC/Juan Guajardo)

En su última columna, el P. Thu Nguyen, párroco de San Pablo Apóstol y director diocesano de liturgia y culto, explicó que los ministros laicos están llamados a asistir en la celebración de la Misa.

En esta columna abordará más a fondo las responsabilidades de algunas de estas funciones especiales.

 

¿Por qué escogió este tema para la presente columna?

P. Nguyen: Cuando visito parroquias de la diócesis para celebrar la Misa y para dar talleres litúrgicos, salta a la vista una cantidad de diversas prácticas que llevan a cabo ministros litúrgicos laicos, muchas de las cuales no están en consonancia con los lineamientos de la Instrucción General del Misal Romano ni con los lineamientos de la USCCB. 

Los ministros eclesiales tienen el privilegio de servir de acuerdo con la función de su puesto, pero deben contar con una formación orientada a mantener la sacralidad de la celebración.

 

Por favor recuérdenos la manera en que el laicado ayuda a la celebración de la Santa Misa.

P. Nguyen: En general podemos ver siete específicas funciones que los laicos desempeñan según se estipula en la Instrucción general: lector, acólito, sacristán, cantante e intérprete musical, ministro extraordinario de la Sagrada Comunión, ministros de hospitalidad y decoradores de iglesia.

 

¿Qué es eso de “decorador de iglesia”?

P. Nguyen: Empleamos ese término porque en el todo que es el presbiterio, damos importancia al altar, al ambón y a la sede (zona donde está la silla de quien preside). Es necesario que resaltemos esos tres elementos a la hora de arreglarla para un periodo litúrgico en particular. Se trata de darles realce y belleza, no de restárselos, ni de dirigir la atención quizás hacia una flor bonita que quizá reduzca la relevancia de los elementos esenciales del presbiterio.

Las personas tienen buenas intenciones, pero a la hora de decorar quizá ignoran cuál es la prioridad.

La decoración debe ser noble, simple y real. No usamos flores artificiales, ya que la Misa es una ofrenda sacrificial, del sacrificio de Cristo por nosotros, además de ser ofrenda sacrificial de nosotros mismos también. De ahí que el sacrificio de una flor natural para arreglar la iglesia sume a dicho significado.

 

¿Hay alguna diferencia entre “sacristán” y “acólito”?

P. Nguyen: Las atribuciones de estas dos funciones se sobreponen un tanto. Sacristán es quien alista los distintos artículos que se emplean para la celebración de la Misa, tales como la patena, el cáliz, el lavabo y demás. También se asegura de que el leccionario esté listo para los lectores y de que en la sede haya un libro de cantos y el Misal Romano.  

El sacristán prepara también los ornamentos de los ministros, de acuerdo con el color propio de cada tiempo litúrgico.

Asimismo, el sacristán supervisa a otros ministros litúrgicos, especialmente a los ministros extraordinarios de la Santa Comunión. Si alguna de las dos especies cayera al suelo, el sacristán es quien actuará de inmediato.

El acólito puede cubrir dichas responsabilidades, aunque también alista el altar y ayuda de diversas maneras en las inmediaciones del presbiterio, lo cual incluye purificar los vasos sagrados, en concordancia con lo estipulado en la Instrucción General. En la diócesis de Fort Worth, el obispo Michael Olson ha instituido como acólitos a quienes se encuentran en formación para el diaconado permanente o para el sacerdocio.

El acólito asiste al sacerdote o también al diácono, cuando este se encuentra presente.

 

¿Son lo mismo el que tiene el título de “lector” que quien simplemente lee en la Misa?

P. Nguyen: Lo mismo que un acólito, es el obispo quien constituye como lectores a quienes se encuentran en formación.

Quien lleva a cabo la tarea de leer en Misa es muy importante. Yo los llamo “proclamadores” porque proclaman la Palabra de Dios a la asamblea durante la Liturgia de la Palabra. Dios habla a su pueblo a través de quien lee. Por lo anterior, deben haberse preparado; también deben expresarse con claridad y tener una buena dicción y habilidad para comunicarse. Antes de comenzar, deben haber estudiado la Palabra.

 

¿Cuáles son las funciones de quienes participan del ministerio de bienvenida hospitalidad?

P. Nguyen: Antes del motu proprio de san Pablo VI de 1972, en el cual se ampliaba el rol del laico en la celebración de la Misa, fungía como portero alguien que se encontrara en formación para el sacerdocio. Ser portero constituía una orden menor. Este era responsable de recibir a la gente y de cuidar de la puerta de la iglesia, lo mismo que de la gente en su interior.

Las personas que dan la bienvenida y los acomodadores tienen su origen en dicha función. Sin embargo, el término que yo prefiero es “ministros de hospitalidad”. ¿Por qué? Por la historia de Abraham, según la cual él recibió a los mensajeros de Dios y los aceptó como huéspedes.

Los ministros de hospitalidad deben ser entrenados en las diversas funciones: recibir a los asistentes, llevarlos a sus asientos, recolectar el dinero y ayudar a crear un ambiente seguro. Este ministerio impacta a otros ministerios más, y es muy complejo.

 

¿Qué instrucciones daría a los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión?

P. Nguyen: El ministerio de la Eucaristía está reservado a los obispos, sacerdotes y diáconos. Ellos son ministros ordinarios de la Sagrada Comunión.

Se puede recibir el encargo de ser ministro extraordinario de la Sagrada Comunión si no hay suficientes ministros ordinarios.

Los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión pueden acercarse al altar una vez que el sacerdote haya recibido la Sangre de Cristo. En las ocasiones en que suban para asistir al sacerdote, la comunión se les da. El cáliz o el copón no lo toman; alguien se los da.

Cuando dan la comunión, la fórmula es: “El Cuerpo de Cristo” o “La Sangre de Cristo”. Nada más. Así es realmente.

Todas las columnas del P. Nguyen están disponibles en NorthTexasCatholic.org/entendiendo-el-misterio.

El Padre Thu Nguyen sirve como pastor en la Parroquia de St. Paul the Apostle en Fort Worth y Director de Liturgia y Adoración para la Diócesis de Fort Worth.

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