Confianza en Dios
SU NOMBRE: Padre José Ignacio Olvera Álvarez, CORC, el párroco de Holy Name of Jesus de Fort Worth
FECHA DE ORDENACIÓN: 13 de julio, 2007 en la Basílica de Santa María de Guadalupe en la Ciudad de México, CDMX
SANTO PATRÓN: San Ignacio de Loyola
VERSOS BÍBLICOS FAVORITOS: Salmos 116, 12-19 y 1 Pedro 5, 8-11
INFLUENCIA DE SU HERMANO: El Padre Ignacio y sus cinco hermanos entraron al seminario en un momento dado de sus vidas.
No obstante, de los seis hermanos, sólo Padre Ignacio y su hermano mayor permanecen como sacerdotes.
“Entré al Seminario de los Operarios del Reino de Cristo en Salvatierra, Guanajuato, cuando tenía 17 años. Conocía a los Operarios desde hacía cuatro años porque mi hermano entró al seminario en el 1988 a la edad de 15 años.
“Fuimos siempre muy unidos. Yo iba a visitarlo con mucha frecuencia y pasaba algunos fines de semanas en el seminario, pero no comencé a pensar en entrar a los Operarios hasta que mi hermano me insistió. Mi hermano entró al seminario, estudió la etapa preparatoria de formación y propedéutico; luego, lo mandaron a España para estudiar. Antes de irse, hablamos muy seriamente y me animó a que lo considerara, pues quizás Dios me llamaba. Fue en ese momento que le dije, ‘bueno, déjame ver’”.
ENTRADA AL SEMINARIO: Luego de esa conversación con su hermano mayor, el Padre Ignacio se recuerda que, “entré inicialmente al seminario solamente para estudiar la preparatoria y después, dije, ya les dejaré saber lo que decida. Estudié un año de preparatoria, un semestre de propedéutico, pero después me salí… No obstante, no me sentía a gusto afuera; o sea, la vida se sentía muy monótona y sin sentido para mí, y regresé al Seminario”.
SU CAMINO A FORT WORTH: Al regresar al seminario, el Padre Ignacio se dedicó a terminar sus estudios y, al igual que su hermano, lo mandaron a España para estudiar teología por cuatro años.
Cuando regresó a México, fue ordenado como diácono en el 2005 y dos años más tarde, en el 2007, fue ordenado al sacerdocio. Tras su ordenación, lo enviaron a una comunidad indígena en la Sierra de Oaxaca de México por un año. Fue entonces enviado a servir en Puerto Rico por once años. Llegó a la Diócesis de Fort Worth en el 2022 para ser Vicario por seis meses de la Parroquia de Immaculate Heart of Mary.
De ahí fue asignado como el nuevo párroco de la Parroquia de Holy Name of Jesus de Fort Worth, donde lleva ocho meses.
EXPERIENCIA MÁS DESAFIANTE: Después de su ordenación al sacerdocio, la Orden de los Operarios envió al Padre Ignacio a la Sierra de Oaxaca.
“La parroquia incluía varias comunidades aztecas y chatinas. Fue para mí una situación nueva; una experiencia diferente y novedosa. El idioma era distinto. Ellos hablaban mixtec y chatín, y un español que no era bueno.
“Sin duda, me enfrenté a grandes desafíos, ya que era una mentalidad totalmente distinta y la situación geográfica era también difícil. La religiosidad, podríamos decirlo, está muy mezclada con la superstición. Resultó ser un reto muy grande trabajar con ellos, pero me sirvió de mucho para ver otras realidades que nosotros necesitamos iluminar usando y proclamando el Evangelio”.
LO MÁS GRATIFICANTE DE SER SACERDOTE: Los momentos más agradables para el Padre Ignacio son cuando los feligreses se dan cuenta de que tienen la oportunidad de conocer a Cristo.
“Es ese momento que transforma la vida de los feligreses. Y entonces asumen su compromiso y de manera adecuada reciben los Sacramentos. No se trata solamente de recibir los Sacramentos, sino que hay que vivir esos Sacramentos para que tengan el efecto por el cual Jesús los instituye, que es vivir una vida nueva en Cristo”.
PENSAMIENTOS SOBRE LA PARROQUIA: Al comparar la realidad de las diferentes parroquias que ha conocido, el Padre Ignacio piensa que la Parroquia de Holy Name of Jesus tiene una mentalidad muy distinta.
“En todos los lugares se encuentran retos. Hay que transmitir el Evangelio, hay que vivir con consistencia lo más posible para poder precisamente impactar un poco a la a la comunidad… Se siente siempre dolor o tristeza por la partida del sacerdote que ya no está y con quien se establecieron vínculos.
Estamos en ese proceso de adaptación, por parte de ellos y por parte mía.
Sin embargo, me parece que vamos bien porque la gente es muy generosa y tienen una actitud de aceptación”.
SACRAMENTO SAGRADO: El Padre Ignacio le da “gran importancia a la unción de los enfermos porque es el momento en que la persona está en una situación crítica y en la que puede ser llamada a la presencia de Dios.
“Por eso, después de la Eucaristía, es el segundo Sacramento al que le doy prioridad precisamente porque la persona está en riesgo de muerte y es mejor que esté reconciliada antes de encontrarse con Jesucristo. El poder transmitir esa gracia me llena de mucha satisfacción”.
LA GRANDEZA DE LA EUCARISTÍA: El Padre Ignacio cree que la Eucaristía es “el Sacramento por excelencia, en el cual de una manera especial vivo la gracia de Dios por medio de la oración consagratoria y elevo las manos.
“Hacer presente a Jesucristo en el altar es una gracia extraordinaria. Aunque lo hacemos a diario, el fin de semana y tantas veces, no deja de ser cada vez impactante de por sí. Además, dar la comunión a los fieles; es decir, ser un instrumento mediante el cual Dios quiere unirse a la humanidad, ¡es una cosa maravillosa!”
CONSEJO PARA LOS PADRES: “Es muy importante para los padres que den a sus hijos ejemplo de una fe viva, pues a veces sólo se transmiten conocimientos, y no las experiencias de vida. Eso es lo que va a dejar una huella profunda en los hijos para que los jóvenes aprendan a amar de verdad.
Sabemos que los padres aman a sus hijos, pero a veces ellos no se sienten amados porque las actividades y los compromisos de los padres los distraen del deber principal de estar con los hijos. Hay que enseñarles a amar a partir del propio ejemplo.
Por eso, es tan importante que consideren que no todo en la vida es trabajo, que no todo en la vida es dinero, que no todo en la vida es placer”.
EL MENSAJE CLAVE: “Aunque estas cosas son parte de nuestras vidas, no son lo más importante.
Sino que lo más importante es buscar nuestro bienestar espiritual y fortalecer nuestra relación con Cristo…como decía el Papa San Juan Pablo II, ‘no tengan miedo de abrirle las puertas de su corazón a Jesucristo porque Él es que les va a dar el verdadero sentido a sus vidas, el verdadero sentido a sus existencias’”.