El rezo habitual de la Liturgia de las horas
La oración nos lleva a la cercanía con Dios. La Iglesia nos regala la Liturgia de las Horas como una gran forma de honrar a Dios. Durante el tiempo de Cuaresma nos preparamos por cuarenta días para celebrar el Triduo Pascual. Por eso, éste el tiempo perfecto para conocer, aprender y practicar la Liturgia de las Horas para encontrar una conversión plena y reflexionar sobre “la misericordia y el amor de Dios”.
Así lo explica Jesús Segura, 21, quien cursa el cuarto año de preparación sacerdotal para la Diócesis de Fort Worth.
“Lo más hermoso de la Liturgia de las Horas es que se reza por los demás, no sólo por las intenciones personales”, señala el seminarista, que estudia en St. Joseph Seminary College en Luisiana.
La Liturgia de las Horas, conocida también como Oficio Divino, comprende cinco horas canónicas. Se rezan por la mañana, al medio día, por la tarde y nuevamente por la noche. Se dividen en cuatro tomos según las cuatro temporadas del calendario litúrgico: Tiempo ordinario (2); Adviento y Navidad; Cuaresma y Tiempo Pascual.
La estructura es de cuatro semanas y cada día de la semana tiene diferentes salmos y lecturas de la Sagrada Escritura, reflexiones de Obispos y Padres de la Iglesia, y de los santos. Se rezan intenciones que ayudan a reflexionar sobre el tiempo del calendario correspondiente, explica Segura, originario de Dolores Hidalgo, Guanajuato. Rezar de esta forma “me ayuda a entrar en la presencia del Señor, dejando de lado las cosas que me puedan robar de la paz o distraer de Su presencia”, añadió el seminarista. Reconoció además que antes de entrar al seminario desconocía del llamado de la Iglesia para rezar estas oraciones y “poco a poco El Señor me ha dado la gracia de saber que estoy uniendo mi corazón al corazón de la Iglesia, hasta ser parte de Su ser, especialmente para nosotros que estamos preparándonos para el sacerdocio”.
Segura invita a todos los fieles a rezarlas también para conseguir “una mejor dirección espiritual, al unirnos al Cuerpo Místico de Jesucristo, junto a los fieles de todo el mundo, con los ángeles y los santos para adorar al Señor, darle gracias, pedirle ayuda y ofrecer cada día nuestro ser para Él”, dijo el seminarista que creció siendo feligrés de la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes de Mineral Wells.
El Padre Fernando Preciado, párroco de la Parroquia de St. Frances Cabrini de Granbury y Santa Rosa de Lima de Glen Rose, apunta que para él como sacerdote la Liturgia de las Horas “es uno de los momentos importantes del día para orar por la santificación del pueblo de Dios, después de la Eucaristía”.
Se invita al pueblo de Dios a rezar juntos con los sacerdotes y utilizar el libro “Liturgia de las Horas Para el Pueblo de Dios”, que comprende los Laudes, las Vísperas y las Completas, explica el Padre Preciado.
“Iniciar nuestro día con oración, darle gracias a Dios por la tarde y por la noche antes de dormir por lo que recibimos es importante”, enfatizó el Padre Preciado.
“Si todos aprendiéramos lo maravillosa que es la Oración de la Liturgia de las Horas, nuestra vida sería completamente distinta”, añadió señalando que no tiene que ser una hora completa de oración, sino que el nombre se le da porque se reza en horas específicas, y que, además, uno se puede aprovechar de la tecnología, siguiendo a sacerdotes o comunidades religiosas que rezan la Liturgia de las Horas a través de plataformas digitales. “Se crea un proceso de conversión, de encuentro con Dios y esa oración metódica de Laudes, Vísperas y Completas se convierten en un momento de interiorización con Dios y por Dios”, dijo destacando el oportuno comienzo de la Cuaresma para crear este maravilloso hábito de oración.
“Es una de las mejores formas para tener una Cuaresma maravillosa, porque es participar de este encuentro de oración con Cristo”, dijo. El Padre Preciado recomienda que al menos recemos los Laudes y las Vísperas.
“Así como hablamos de la Eucaristía como símbolo sagrado de nuestra fe y ayudamos a la gente a entender el misterio de la fe, es también importante invitar a la gente a aprender a orar,” prosiguió diciendo el sacerdote.
“Mediante la Liturgia de las Horas nos comunicamos con Dios que nos habla; y si lo hacemos en comunidad o en familia, aún mejor, porque es santificación del pueblo y qué mejor manera que santificar nuestra familia y nuestros hijos con este rezo común que nos da la Iglesia”.