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North Texas Catholic
(15 de septiembre de 2022) Noticias-Locales

El Obispo Michael Olson reza por los diáconos recién ordenados durante la Misa de Ordenación al Diaconado el 10 de agosto en Sta. Elizabeth Ann Seton. (NTC/Jayme Donahue)

Rosalie Tolentino miraba dos fotografías enmarcadas mientras esperaba dentro de la Parroquia de Sta. Elizabeth Ann Seton el 10 de agosto para presenciar cómo el obispo Michael Olson ordenaba a diez candidatos al Orden Sagrado del Diaconado. Su esposo, Davy Tolentino, era uno de ellos.

Durante los siete años de formación y dos intentos previos de completar la formación diaconal, los Tolentinos perdieron dos hijos adultos jóvenes, Franklin y Brittny, a causa de una enfermedad cardíaca congénita. Llevar sus fotos a la celebración de la ordenación fue muy significativo para ellos.

“Es el momento de Dios y sigue siendo una ocasión alegre porque estamos aquí hoy”, dijo Rosalie Tolentino, que asistió a la liturgia vespertina con su hijo Michel.

Ella recuerda cómo su esposo completaba las tareas de teología desde la habitación del hospital de su hija Brittny. Ella era paciente de trasplante de corazón y le insistió todo el tiempo a su padre que debía continuar sus estudios para el diaconado.
“Como diácono, creo que escuchará bien a los que están sufriendo y experimentando luchas semejantes en la vida”, explicó Rosalie Tolentino, feligresa de Nuestra Señora Reina de la Paz de Wichita Falls. “Él podría servir de ejemplo para los futuros diáconos que consideran imposible hacer malabarismos con la vida familiar, el trabajo y el programa del diaconado”.

Junto a Davy Paul Tolentino fueron ordenados Dennis Brent Catlin, David Michael Kinch, Francisco Javier Leal de la Fuente, Alfred Matthew Mosco, Mark David Pierson, David Robinett, Francisco Joel Rodríguez, Jesús Valadez Morales y Sergio Vera Orozco. Ésta es la sexta clase de hombres ordenados al diaconado permanente de la Diócesis de Fort Worth. Los recién ordenados diáconos se unen a los 95 diáconos activos que actualmente trabajan en las parroquias. 

La Misa de ordenación tuvo lugar en el día de la Festividad de San Lorenzo, diácono mártir y patrono de los diáconos, y fue concelebrada por el Obispo Michael Olson junto con el Padre Jonathan Wallis, Vicario General; Monseñor E. James Hart, Canciller y Moderador de la Curia; el Padre James Flynn, párroco de Sta. Elizabeth Ann Seton; y numerosos sacerdotes de la Iglesia local y de otras diócesis. Más de 1,100 invitados y clérigos asistieron a la celebración que se transmitió en vivo a través del sitio web de la Diócesis.

El diaconado se remonta a la Iglesia primitiva. Los diáconos permanentes comparten la gracia sacramental y el carácter del Sacramento del Orden, pero están ordenados al ministerio del servicio, no al sacerdocio. La palabra diácono se deriva del griego “diakonia” que significa “servicio” y subraya el llamado diaconal a servir a los demás como Cristo. Los diáconos permanentes, casados o solteros, difieren de los diáconos de transición que se preparan para el sacerdocio.

El Obispo habló en su homilía sobre las acciones desinteresadas y el martirio de San Lorenzo. Explicó además el triple ministerio de un diácono que comprende proclamar el Evangelio, asistir en el altar y realizar actos de caridad.

“Dependiendo de las circunstancias, una u otra de estas funciones puede recibir más énfasis en el trabajo de un diácono en particular, pero estos tres ministerios están inseparablemente unidos como uno solo al servicio del plan redentor de Dios”, aseveró el Obispo Olson y citó al Papa San Juan Pablo II, quien se dirigió a los diáconos permanentes de los Estados Unidos en el 1987.

El anuncio de la Palabra de Dios conduce inevitablemente al culto eucarístico en el altar, que, a su vez, desarrolla una nueva forma de vivir que expresa el amor a Dios y al prójimo a través de los actos de caridad.

Mediante el ministerio diaconal los pobres y los que estaban anteriormente desatendidos “reciben el rico don de pertenecer a la familia de Dios”, agregó Monseñor Olson. 

El diácono recién ordenado Joel Rodríguez recibe el Libro de los Evangelios del obispo Michael Olson durante la liturgia de ordenación. (NTC/Juan Guajardo)

El diaconado permanente fue restaurado en la Iglesia por el Papa San Pablo VI después del Concilio Vaticano II. El Obispo Olson dijo que el difunto pontífice llamó al ministerio “una fuerza motriz” que sirve a la Iglesia en un mundo caído donde los pobres no tienen un lugar al que pertenecer y los seres humanos son valorados sólo por su productividad.

“Desde el llamado de los primeros diáconos registrado en el Libro de los Hechos de los Apóstoles, ésta ha sido la vocación de los diáconos: recordar a la Iglesia, a través del servicio consciente, de que los pobres tienen el primer lugar de pertenencia, incluso cuando no parezcan encajar”.

El ver la manera que el difunto diácono Emilio “Popo” González sirvió a su prójimo en Denton inspiró a Francisco Leal de la Fuente a solicitar y consagrarse para este ministerio.

“Él fue un ejemplo para mí de cómo servir como diácono en la vida de una comunidad”, dijo y señaló que una escuela preescolar local, Gonzalez School for Young Children (Escuela González para Niños Pequeños), fue nombrada en honor a Popo por su entrega y servicio a los demás.

“Popo visitó cárceles, hospitales, hogares de ancianos y, a veces, se involucró en asuntos políticos”, agregó de la Fuente.
El nuevo diácono espera servir en el altar, difundir el mensaje de Jesús y convertirse en un vínculo entre el sacerdote y los fieles.

“Quiero visitar a los enfermos, los encarcelados y mostrar el amor de Jesús a la comunidad”, explicó. “Estoy emocionado de comenzar esta nueva jornada y dar el próximo paso en mi vida. Popo me dijo que no me preocupara por lo que diga la gente, sino que confiara en Jesús y escuchara mi corazón”.

Durante el antiguo Rito de Ordenación, cada candidato prometió cumplir con las responsabilidades que conlleva el ministerio y prometió obediencia al Obispo y sus sucesores. Luego, se postraron ante el altar, simbolizando su sumisión a la voluntad de Dios, mientras la congregación rezaba las Letanías de los Santos.

El momento de la ordenación tuvo lugar con la imposición de manos; gesto que usaron los apóstoles cuando eligieron a los primeros diáconos. Después de colocar sus manos sobre la cabeza de cada candidato para invocar los dones del Espíritu Santo, Monseñor Olson concluyó el rito con la Plegaria de Consagración. Los nuevos diáconos fueron entonces vestidos con la estola diaconal y la dalmática por otros clérigos.

 Los nuevos diáconos, ya usando las vestimentas diaconales por primera vez, se arrodillaron ante el Obispo para recibir el Libro del Evangelio mientras el prelado pronunciaba las siguientes palabras: “Cree lo que lees; enseña lo que crees; y practica lo que enseñas.”

Además de asistir durante la Misa y predicar la homilía, un diácono puede bautizar, atestiguar y bendecir los matrimonios, y presidir las liturgias fúnebres.

Juan Rendón, director de la formación diaconal, dijo que este grupo de diáconos permanentes comenzó su formación teológica, pastoral y espiritual en el 2017 para ser “fieles a la misión de la Iglesia y fieles a la proclamación de la Buena Nueva”.

Se espera que los nuevos diáconos, que provienen de diversas parroquias, asuman un papel más amplio en el ejercicio de su ministerio, especialmente en las áreas de la capellanía hospitalaria, el trabajo de hospicio y la preparación sacramental. El cincuenta por ciento de ellos son bilingües.

“Algunos sacerdotes han pedido diáconos bilingües para ayudar con los bautismos, la preparación para el matrimonio y las visitas al hospital”, continuó Rendón. “Los nuevos diáconos son hombres talentosos y dotados. Para mí ha sido una bendición y un gran honor caminar con ellos desde el primer día”.

La formación para la próxima clase de hombres que aspiran a convertirse en diáconos permanentes comenzó el 13 de agosto.

 

obispo Michael Olson ordena diez candidatos al Orden Sagrado del Diaconado, Sta. Elizabeth Ann Seton, 10 de agosto 2022, trending-spanish