Esuchando la voluntad de Dios

María Orand, facilitadora de capacitación de la Parroquia de Holy Family de Fort Worth presenta la capacitación introductoria de Ambiente Seguro el 26 de septiembre. (NTC/Juan Guajardo) 

Todos los que practican activamente su fe y hacen voluntariado en su parroquia conocen el Departamento de Ambiente Seguro de la Diócesis de Fort Worth. Cada voluntario o empleado de una parroquia, escuela, o ministerio aprobado por la Diócesis debe someterse a la Verificación de Antecedentes Penales y asistir a las sesiones de capacitación introductorias y de renovación de Ambiente Seguro.

A continuación, se describe cómo este departamento protege y sirve a todos los hijos de Dios dentro de la comunidad.

¿De qué se trata la capacitación?

En la sesión introductoria, llamada “Protegiendo a los niños de Dios”, uno de los 175 facilitadores capacitados de la Diócesis dirige la discusión con los voluntarios sobre el abuso de niños y adultos vulnerables.

“No se trata simplemente de que una persona se pare frente al grupo y dé una charla sobre el ambiente seguro o el abuso sexual infantil, sino que el objetivo es que se motive al grupo a participar y se conduzca una discusión abierta al respecto”, dijo la Directora de Ambiente Seguro, Sandra Schrader-Farry. “Todos sabemos que cualquier tipo de abuso es un problema serio. ¿Qué podemos todos hacer para proteger a nuestros hijos, nuestros ancianos, las personas que están confinadas en sus hogares o a alguien que sea vulnerable?

¿Cómo se puede evitar todo tipo de abuso? 

“El sistema que se ha establecido brinda la oportunidad de que personas con experiencia de vida, experiencia práctica y experiencia profesional puedan interactuar y compartir esa sabiduría con otras personas de su parroquia o de la Diócesis”, afirmó la Directora que lleva tres años en su puesto. Se requieren sesiones de renovación más cortas cada dos años para introducir nuevos contenidos y actualizaciones necesarias. 

No espero trabajar con niños. ¿Por qué necesito estas sesiones de capacitación?

“El requisito dentro de nuestra diócesis se basa en el deseo del Obispo Michael Olson de que cada persona involucrada en cualquier ministerio ha de recibir dicha formación y ser examinada”, explicó Schrader-Farry.

Al eliminar cualquier tipo de conjetura ante la consideración de que un miembro de un ministerio podría encontrarse con personas vulnerables, la regla ayuda a crear entre los fieles activos expectativas uniformes y oportunidades para difundir la tan necesaria conciencia sobre el abuso.

María Orand, que es detective del Departamento de la Policía de Fort Worth, enfatizó durante la capacitación introductoria que imparte en la Parroquia de Holy Family de Fort Worth, que “cualquiera de nosotros, en cualquier momento, podría ser o haber sido vulnerable, y pudiéramos haber estado en una posición en la que la gente pudiera haberse aprovechado de nosotros o habernos manipulado de alguna manera... Si estás pasando por un divorcio, si has perdido a tu cónyuge, a un hijo o un padre... los abusadores saben lo que hacen; están constantemente al acecho, saben captar las cosas y se aprovechan”.

¿Por qué necesito proporcionar información confidencial?

Si bien los que manejan las finanzas, proporcionan transporte u obtienen empleo en la Diócesis deben proporcionar detalles de identificación más específicos, como la licencia de conducir y/o su número de seguro social, la necesidad de información privada se debe a que el “estándar establecido por la Diócesis y la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos es que todo aquél que se relacione con niños o adultos vulnerables tenga la debida capacitación y que se verifiquen sus antecedentes penales”, explicó Schrader-Farry.

El requisito de nuestra diócesis local es volver a verificar estos historiales, al menos, cada cinco años.

Toda la documentación proporcionada, explicó Schrader-Farry, se maneja a través de una empresa de selección privada que procesa los datos a base de datos locales, estatales y nacionales, dependiendo del rol del individuo en la Diócesis. La información personal se mantiene estrictamente confidencial y segura.

La necesidad de esta verificación exhaustiva se debe a que la solicitud y la verificación de antecedentes penales “dicen mucho sobre una persona (sus intenciones, planes y objetivos) y un poco sobre sus antecedentes y quiénes son realmente. Sólo queremos estar seguros de que estamos creando ese círculo de seguridad en la Diócesis”.

¿Por qué debería ser voluntario?

Aracelis Rivarola, facilitadora de capacitación de la Parroquia de St. Joseph y la Parroquia de St. Matthew en Arlington, disfruta mucho servir en este ministerio, pues “me trae mucha alegría y mucho orgullo ver que los voluntarios están poniendo los dones dados por Dios al servicio de la Iglesia. Mi misión es ayudar a que los voluntarios participen en los ministerios utilizando los dones recibidos. Eso es lo que quiero compartir con el grupo”.

Rivarola, que brinda a este ministerio los cuarenta años de experiencia como trabajadora social en el Metroplex, ha observado que “una gran mayoría de voluntarios, especialmente los nuevos, nunca se habían planteado este tema. En las sesiones de ambiente seguro se sienten más cómodos y abiertos a hablar sobre el tema porque reconocen que es muy importante, sensible y afecta a muchas personas. Algunos de los participantes lo han experimentado por sí mismos o conocen a alguien que ha sido víctima de abuso. 

“Esto es más que una simple clase; consiste en compartir, discutir y asesorar. Así nos asesoramos y ayudamos unos a otros... Me siento muy orgullosa de que la Iglesia esté haciendo estas capacitaciones porque muchas organizaciones no lo hacen”, agregó.

Schrader-Farry espera también que todos recuerden que “cuando quieres ser voluntario, no se trata sólo de involucrarte con tu parroquia porque es un deber con Dios, sino que también es tu responsabilidad como miembro de nuestra sociedad. Podrías hacer una diferencia en la vida de alguien gracias a lo que aprendes en esta clase. Es una responsabilidad social y moral de cada uno y es también lo que Dios quiere que hagas”.