Responden al Llamado

North Texas Catholic
(17 de junio de 2022) Noticias-Locales

(I-D) Los seminaristas, Austin Hoodenpyle, Ed Hopkins Jr. y Brandon LeClair fueron ordenados como diáconos transitorios el 21 de mayo en la Parroquia de San Felipe el Apóstol de Flower Mound. (NTC/Juan Guajardo)

En respuesta al llamado de servir a Dios y a su pueblo, tres seminaristas fueron ordenados como diáconos transitorios el 21 de mayo en la Parroquia de San Felipe el Apóstol de Flower Mound.

Más de 300 personas, entre ellas familiares, amigos y simpatizantes de los seminaristas presenciaron cómo el Obispo de Fort Worth, Monseñor Michael Olson, confirió el sacramento del Orden Sagrado a Brandon Edward LeClair, Austin Travis Hoodenpyle y Randolph Edward Hopkins Jr. durante la Misa de Ordenación, que se distingue por su riqueza en la tradición y el simbolismo.

La ordenación al Orden Sagrado del Diaconado marca el último año de formación para el sacerdocio. Los diáconos son ordenados como un signo sacramental para la Iglesia y el mundo de que Cristo no vino a ser servido, sino a servir.

El diácono, Brandon LeClair, se pone de rodillas para recibir el Libro de los Evangelios del Obispo Michael Olson. (NTC/Juan Guajardo)

“Dedican sus vidas a nuestra fe, por lo que nuestro apoyo constante es crucial a medida que crecen en su formación y nos guían”, dijo Terra Coyle, que asistió a la Misa con otros feligreses de la Parroquia de San Felipe. “El llamado al sacerdocio puede ser una jornada muy solitaria. Por eso, es importante hacer que los seminaristas se sientan parte de la comunidad dondequiera que sirvan”.

Al dar la bienvenida a los feligreses en la liturgia celebrada por la mañana, el Obispo Olson expresó estar muy agradecido a los padres, los miembros del Club Serra, los miembros del Gremio de Pastores de San Juan Pablo II y a todas las personas que oran y apoyan a los candidatos durante su tiempo de formación.

“Fortalecidos por los dones del Espíritu Santo, los seminaristas ayudarán al obispo y a sus sacerdotes en el ministerio de la Palabra, del Altar y de la caridad mostrándose como servidores de todo el pueblo de Dios”, dijo, y explicó los deberes que conlleva la ordenación al diaconado transitorio. 

Los diáconos proclaman el Evangelio, administran el Sacramento del Bautismo, atestiguan y bendicen los matrimonios, llevan el Viático a los moribundos y dirigen los ritos funerales o las Exequias. Los diáconos son ministros de la caridad, identifican las necesidades de los demás y organizan los recursos de la Iglesia para satisfacer esas necesidades.

El diácono Austin Hoodenpyle abraza a su abuelo después de su ordenación. (NTC/Juan Guajardo)

“Hagan la voluntad de Dios con caridad desde su corazón”, instruyó el Obispo a los ordenandos que estaban ante él. “Sirvan a los demás con alegría como servirían al Señor. Sean como los que una vez fueron elegidos por los apóstoles para el ministerio de la caridad, hombres de buena reputación, llenos de sabiduría y del Espíritu Santo”.

El Padre Jonathan Wallis, Vicario General y Director de Formación de los seminaristas, presentó al comienzo del Rito de Ordenación los tres candidatos al Obispo, quien los aceptó con las siguientes palabras: “Elegimos a éstos, nuestros hermanos, para el Orden del Diaconado”. La ceremonia brinda reminiscencias de la primera “elección” de siete diáconos por parte de los primeros cristianos. La congregación agradecida y emocionada aplaudió su consentimiento.

En su homilía el Obispo Olson informó a los futuros diáconos que la responsabilidad de cada hombre llamado y ordenado al Orden Sagrado es vivir una vida consagrada y centrada en Cristo. 

“Es esencial que oren por ustedes mismos y por los demás para mantener a Cristo en el centro de sus vidas y fomentar la amistad fiel que Él les ofrece”, afirmó el Obispo. “Que esta celebración eucarística de su ordenación al diaconado les ayude a apreciar que es Jesús quien los ha llamado como amigos y los invita a dar su vida con Él por Sus amigos”. 

El Obispo concluyó su homilía recordando a la audiencia: “Dios es el Dios de la verdad, no de la falsedad. Dios es el Dios del amor, no del egoísmo. Dios es el Dios del orden, no del caos”.

Luego de yacer postrados en el suelo mientras la congregación rezaba las Letanías de los Santos, cada candidato se acercó al Obispo para la imposición de manos. Este acto esencial del Rito de la Ordenación, cuya transmisión proviene de los Apóstoles, es el momento en que se ora para que cada candidato reciba el Espíritu Santo.

Los recién ordenados fueron investidos con los símbolos externos de su ministerio, la estola y la dalmática, por otros diáconos que ayudaron a cultivar la vocación de los ordenandos.

El recién ordenado diácono Ed Hopkins Jr. recibe su vestimenta con los símbolos externos de su ministerio. (NTC/Juan Guajardo)

Ya con las vestiduras diaconales los hombres se arrodillaron para recibir el Libro de los Evangelios de manos del Obispo mientras pronunciaba la siguiente exhortación: “Recibe el Evangelio de Cristo, de quien te has convertido en heraldo. Cree lo que lees, enseña lo que crees y practica lo que enseñas”.

El Padre Wallis describió la ordenación de los tres diáconos transitorios como un signo de esperanza y señaló que muchas personas habían esperado este día por mucho tiempo.

“Es una gran bendición para la Diócesis de Fort Worth y el resultado de mucha oración, arduo trabajo y dedicación”, afirmó.
El Vicario General instó a los católicos del norte de Texas a orar por los seminaristas y otros jóvenes que conozcan personalmente y que ellos crean serían buenos sacerdotes.

“La gente tiene miedo de hacer esto porque no quieren presionar a nadie”, agregó. “Sin embargo, lo que realmente estás haciendo es ayudarlos con tus oraciones y la gracia del Espíritu Santo”. 

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