Rodeados de la Luz de Cristo: Feligreses José Carlos y Lupita Espinoza son ejemplares de la corresponsibilidad

North Texas Catholic
(29 de agosto de 2023) Noticias-Locales

José Carlos y Lupita Espinoza fueron reconocidos con el premio de la Luz de Cristo el 24 de junio. (NTC/ Juan Guajardo)(NTC/Juan Guajardo)

FORT WORTH- El Padre Óscar Sánchez les dijo que estuvieran pendientes de su correo, pero no fue hasta que regresaron de su viaje para visitar a sus familiares en México que José Carlos y Lupita Espinoza descubrieron la invitación de la Diócesis de Fort Worth para asistir a la ceremonia de los premios de Luz de Cristo.

“Nos llegó de sorpresa”, dijo José. “El Padre Óscar nos dijo que uno de estos días nos iba a llegar una carta de la Diócesis. Nos preguntó varias veces, ‘¿Ya les llegó? ¿Ya les llegó?’, pero no nos llegaba nada. ‘Bueno, les va a llegar’, nos decía cada vez. No sabíamos de qué se trataba”.  

Tras recibir la carta, José y Lupita fueron cuanto antes a compartir la noticia de este premio y honor con su comunidad de la Parroquia del Immaculate Heart of Mary de Fort Worth, en la que han sido feligreses por nueve años. Ambos estaban sumamente emocionados y deseosos de compartir la noticia con todos en la parroquia y, en particular, con los miembros del ministerio al cual pertenecen.

“Queríamos compartirlo, pues es un trabajo de todos. Nosotros sólo los representamos a ellos”, aseveró José. 

La ceremonia anual de Luz de Cristo les brinda a los sacerdotes de la Diócesis de Fort Worth la oportunidad de nominar feligreses ejemplares que dedican su tiempo, talentos y tesoro a la Iglesia y al prójimo, con un espíritu de agradecimiento a Dios que los bendice. Cuarenta y dos individuos y parejas laicos de la Diócesis fueron reconocidos el 20 de junio por poner en práctica en sus vidas los cuatro pilares de la corresponsabilidad: el servicio, la formación, la oración y la hospitalidad. 

El Padre Sánchez describe a los Espinozas, que llevan casados treinta años y tienen tres hijos varones adultos, “como líderes de la comunidad parroquial que siempre han trabajado animando a los demás para que se involucren más en la vida familiar, la vida matrimonial y la vida parroquial. Sobre todo, tienen una gran dedicación al ministerio”, afirmó el sacerdote. 

Los Espinozas atribuyen los logros de su servicio a la vibrante congregación con la que están involucrados y los ministerios de la Parroquia de Immaculate Heart of Mary.

“Es una parroquia muy viva”, dijo Lupita. “Nosotros hemos conocido varias iglesias y esta parroquia es una muy viva y activa en todos los sentidos”. 

Lupita Espinoza, Padre Oscar Sanchez y Jose Espinoza el 24 de junio. (NTC/ Juan Guajardo)

El Padre Sánchez considera al matrimonio Espinoza como un gran ejemplo para otros matrimonios y otras parejas de la parroquia por “su constancia y porque siempre los otros matrimonios pueden acudir a ellos … para consultar, preguntar y aprender mucho”. 

José y Lupita están involucrados en varios grupos matrimoniales y familiares, incluidos los Matrimonios Unidos Para Cristo y el Encuentro Matrimonial Mundial. Participan además de muchos ministerios de la Iglesia: la pastoral de los enfermos; participan en el ministerio litúrgico; y asisten a los matrimonios a crear relaciones más centradas en Dios. 

El matrimonio Espinoza dedica la mayor parte del tiempo al ministerio de los Matrimonios Unidos Para Cristo, que se enfoca en ayudar a los esposos a crecer en su conexión con Dios para que Él siempre esté presente en la familia porque “si el matrimonio no está lleno del amor de Dios, entonces no puede transmitir ese amor a su familia”, afirmó Lupita. 

José y Lupita conocieron este ministerio matrimonial cuando tenían sólo dos años de casados y vivían todavía en California. Desde entonces, han estado bien involucrados con este ministerio y se han dedicado a promover el crecimiento del programa en la Diócesis de Fort Worth. 

“Nosotros quisiéramos llevar el ministerio de los Matrimonios Unidos Para Cristo a más parroquias porque ha sido una bendición muy grande en nuestras vidas”, Lupita comentó. “Estamos en Saint Matthew de Arlington y ya llevamos dos años en esa parroquia.” 

Para ser parte del ministerio de los Matrimonios Unidos Para Cristo, las parejas tienen que asistir a un retiro del Encuentro Matrimonial Mundial. Pasan luego por diferentes etapas como si estuvieran en una escuela “donde se enfatiza primero el amor de Nuestro Señor”, añadió Lupita. 

Después del retiro, las parejas y sus hijos se invitan para congregarse y reunirse cada ocho días para recibir formación y crecimiento en su relación con Dios y participar activamente de la liturgia. Se espera que, a través de este proceso, “toda la familia se enamore más de su Señor Jesucristo y viva fervientemente su fe”, explicó Lupita.

La vivencia de este ministerio incluye que los padres se reúnan para compartir consejos y conversar sobre los problemas comunes de la familia y el matrimonio. Al mismo tiempo, los niños aprenden y estudian el Catecismo de la Iglesia dirigidos por los sacerdotes y algunos voluntarios.

“Los sacerdotes nos han apoyado mucho siempre”, comentó José. “Nos han ayudado y han facilitado mucho nuestro trabajo, ya que todo el proceso es complejo. Como nos reunimos con toda la familia se ocupa mucho espacio y se necesitan muchas personas que estén cuidando a los niños. Aparte de eso, los adultos necesitamos formarnos para transmitir la fe correctamente”. 

El tener ministerios tan activos para los feligreses exige mucho trabajo de los sacerdotes de la parroquia, aseveró José. Lupita cree que la Parroquia del Immaculate Heart of Mary es la parroquia donde ella ha visto que más gente acude a la Confesión que en ninguna otra. Ella añade que esto “es muy bueno para nosotros como creyentes, en nuestra vida espiritual y como personas”. 

La comunidad parroquial, Lupita agregó, está muy agradecida del apoyo de sus sacerdotes y de la dedicación que tienen para servir a los feligreses. Los miembros del ministerio son muy dedicados, pues siguen el ejemplo de sus pastores. Al igual que la pareja de los Espinozas, hay muchos miembros que participan activamente de la liturgia y sirven como ministros de la Santa Eucaristía, lectores, catequistas, acólitos y monaguillos, afirmó José.

“Parte integrante de la visión del ministerio es que, junto con la comunidad parroquial, servimos a todos, aún más allá del propio ministerio,” dijo José. “Vamos cada vez acercándonos más unos a otros, realizamos más dentro y fuera del movimiento del ministerio, y eso hace que nuestra parroquia sea muy activa y tenga una fe vibrante”.

Al contar con una comunidad tan viva y llena de la gracia de Dios, los Espinozas se sienten rodeados de la Luz de Cristo. “Nosotros vemos este reconocimiento no como algo que es sólo de nosotros, sino de todo el grupo porque vemos que ellos trabajan muy duro”, señaló Lupita. 

Le dan gracias al Padre Sánchez por el gran honor, pero también reconocen la grandeza de Dios. “Yo siempre le digo al Señor ‘¿quiénes somos nosotros para que Tú te fijes en nuestras miserias’? Con Su gracia, podemos hacer tantas cosas que uno mismo se sorprende, pero es la gracia de Dios que actúa en cada uno de nosotros y a través de nosotros”, concluyó Lupita.

Cuarenta y dos individuos y parejas laicos de la Diócesis fueron reconocidos el 20 de junio por poner en práctica en sus vidas los cuatro pilares de la corresponsabilidad: el servicio, la formación, la oración y la hospitalidad. (NTC/ Juan Guajardo)

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