Un Paso Adelante
Siguiendo el ejemplo establecido por la Diócesis de Fort Worth en el 2005, las otras 14 diócesis católicas de Texas y el Ordinariato Personal de la Cátedra de San Pedro dieron a conocer los nombres del clero acusado creíblemente de abusar sexualmente de un menor. Esta acción es un esfuerzo conjunto de los obispos de Texas para restaurar la confianza pública.
Compilada de forma independiente, pero publicada el mismo día, la lista general nombra a 278 clérigos individuales de todas las 15 diócesis de Texas que tienen acusaciones creíbles contra ellos a partir del 1950. Una “acusación creíble” es una acusación que una diócesis cree que es cierta después de haber revisado información razonable y relevante al respecto, y de haber consultado con las juntas diocesanas de revisión de conducta laica y otros profesionales. En la Diócesis de Fort Worth, tal alegación requiere la remoción del acusado del ministerio.
En la publicación de todas las diócesis del estado se eliminaron los nombres duplicados que aparecen en varias listas diocesanas y los nombres de personas que no pertenecen al clero.
La primera diócesis de Texas en identificar públicamente a los sacerdotes acusados de abuso dentro de su jurisdicción fue la Diócesis de Fort Worth, que tiene 17 clérigos con acusaciones creíbles de abuso de un menor. Actualizada en el sitio web diocesano desde el 2007, la lista incluye ocho sacerdotes diocesanos, un diácono permanente, un hermano religioso y siete sacerdotes de otras diócesis u órdenes religiosas. Once de ellos ya han fallecido y varios han sido condenados a la cárcel. Ninguno de ellos está en el ministerio activo.
La publicación de la lista es parte de los esfuerzos continuos de la Diócesis de Fort Worth para garantizar la seguridad de los niños y adultos vulnerables y es testimonio de su serio compromiso con la transparencia, la responsabilidad y la sanación de las víctimas.
“Le doy mi apoyo a los otros obispos de Texas por tomar medidas similares”, dijo el Obispo de Fort Worth Michael Olson en un comunicado. “Se toma este paso para ayudar a las víctimas en su proceso de sanación y en aras de la transparencia y la responsabilidad”.
Calificando a la protección de los niños como una “obligación moral muy grave”, el Obispo Olson prometió tomar medidas enérgicas para garantizar que la seguridad de los niños siga siendo la primera prioridad de la Diócesis.
Desde el 2002, la Diócesis de Fort Worth ha requerido que todo el clero, empleados de la Iglesia, ministros laicos, catequistas, maestros de escuela y todos los voluntarios tomen un curso de capacitación sobre el ambiente seguro. Bajo las nuevas pautas implementadas el año pasado, el curso debe repetirse cada dos años. La información compartida durante la sesión alienta y refuerza una cultura de conciencia, conocimiento y vigilancia para proteger a todas las personas dentro de las parroquias, las escuelas y la Diócesis. Hasta la fecha, 34,000 adultos han recibido la capacitación para identificar las señales de abuso sexual de menores y mala conducta.
Como parte de la política de cero tolerancia de la Diócesis, cualquier informe de abuso real o sospechoso se reporta a la policía para ser investigado.
Antes de servir en el ministerio u otro servicio voluntario en la Diócesis, los solicitantes deben pasar una verificación de antecedentes penales completa que involucra una búsqueda en el Registro Nacional de Criminales y Delincuentes Sexuales. Es también obligatorio que cada solicitante firme el Acuerdo del Código de Conducta.
“Es responsabilidad de la Iglesia Católica estar a la vanguardia de estos esfuerzos para erradicar el mal de la conducta sexual inapropiada con menores en nuestra sociedad mediante nuestras palabras y acciones”, enfatizó el Obispo Olson.
El Obispo ofreció sus sinceras disculpas a cualquiera que haya sufrido abusos perpetrados contra ellos por el clero en la Diócesis u otros que trabajaban para la Iglesia.
“Rezo para que se logre la sanación y la reconciliación para cada víctima de abuso sexual y que los perpetradores sean llevados ante la justicia”, agregó. “Como su Obispo, haré todo lo posible para evitar que alguien vuelva a sufrir tal indignidad”.
El Cardenal Daniel DiNardo de Galveston-Houston, Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, expresó su “más profundo pesar por el daño que se ha hecho”.
“En múltiples incidentes a lo largo de los años, la Iglesia y sus ministros fallaron en proteger a las almas más vulnerables confiadas a nuestro cuidado”, dijo. “No hay excusa para las acciones de los acusados creíblemente de tales graves pecados contra la persona humana”.
El Arzobispo Gustavo García-Siller de San Antonio dijo que la publicación de los nombres de clérigos acusados de manera creíble es “lo que hay que hacer” y un “paso adelante” para construir una comunidad y sociedad más sanas. Dijo que cada diócesis sigue comprometida a apoyar y trabajar con los sobrevivientes y otras personas afectadas por el abuso del clero, ofreciendo servicios psicológicos y pastorales a través de un coordinador de asistencia a las víctimas.
El Ordinariato Personal de la Cátedra de San Pedro, que se fundó en el 2012 y tiene su sede en Houston, no ha recibido ninguna denuncia de abuso de un menor por parte del clero. En una declaración, el Ordinariato dijo que divulgará públicamente cualquier acusación creíble que ocurriera en el futuro.
La Diócesis de Fort Worth invita a cualquier persona que tenga información sobre un abuso o que haya sido víctima de abuso por parte de algún sacerdote, diácono, empleado o voluntario de la Iglesia a informar al Coordinador de Asistencia a las Víctimas de la Diócesis o al Director de Ambiente Seguro.
El Obispo Olson instó a los fieles a que “se unan a mí para orar por todos los que son víctimas y sobrevivientes de abuso sexual, especialmente los perpetrados contra menores. Trabajemos juntos en nuestra sociedad para erradicar este grave mal”.